wenas
Paso a explicaros un caso que he tenido que solucionar a mi señora madre esta misma semana.
La pobre mujer se quejaba de que, sin sacar nada del banco, cada vez le quedaba menos dinero alli y en una cuenta donde no tiene ningún recibo domiciliado.
Como desde que enviudó hace 2 años trata de hacerse la valiente, y no molestar, no habia dicho nada. Bien, cogí la cartilla y veo tanto el año pasado como este, una cuota de tarjeta de 28 € y algún descuento más al que no pude encontrar justificación.
- Mamá, es la couta de la tarjeta.
- No tengo tarjeta, sabes que no las quise nunca.
- Mamá, papá y tu teniais una tarjeta para cuando viajabais
- La tenia tu padre, yo no.
Una vez aclarado esto con ella, me presento en la sucursal con mis mejores galas, y sonrisas amables.
Les explico el caso y me dicen que, al morir uno de los titulares, emiten automáticamente una tarjeta a nombre del que queda.
Les pido que automáticamente me digan dónde está la tarjeta en cuestión, porque a casa de mi madre jamás llegó y que la única noticia que tenemos de ella es el descuento de la cuota.
Se pone a teclear con una rapidez que daba envidia y... de pronto aparece una nota en el expediente de mi señora madre donde ella afirma que NO quiere la tarjeta y por eso la devuelve a la entidad pidiendoles que la anulen.
Pasados 2 años creo yo que ya tenian que haberlo hecho, ¿no?
Sigo. Para ahondar en la infamia, me comunican que sólo ella tiene el poder de re-reclamar la baja de la tarjeta y me facilitan un numero de telefono al que ella debe llamar para hacer la gestión; un 902, por supuesto.
Llego a casa, me conecto a Internet y busco el numero, por alguna razón, ése 902 está vinculado a un teléfono normal y corriente que es al que finalmente llamo.
Para terminar, mi madre habla con la amable chica que le va pidiendo datos y, ante la confusión y la mala vista de mi madre, supongo que para no desesperarse repitiendoselo todo, autoriza que sea yo la que le facilite los datos para proceder a la cancelación de la tarjeta. Todo el proceso llevó más o menos 20 minutos, con lo que el ahorro fué bastante considerable para una pensionista.
Al final, y como quien no quiere la cosa, va la chica y me pregunta: ¿Cómo dió Vd. con éste número de teléfono? Lo habitual es hacerlo a través del 902...
Le dije lo más melosamente que pude: Dios bendiga al inventor de Internet, sino tendriamos que pagar hasta por respirar.
Ya están reclamadas ésas cuotas y demas apuntes dudosos al banco, por supuesto, pero es sólo un ejemplo más de la bajeza moral a la que están llegándo las entidades bancarias para esconderse o hacer desistir de llamar a sus clientes.
ALERTA CON ESOS TELEFONOS Y BUSCAD ALTERNATIVAS, NO PODEMOS PONERLES MÁS FÁCIL SEGUIR ROBÁNDO.