
Iniciado por
danihdz98
Buenos días, compañeros.
Hoy acaba para mí una lucha que empezó hace 7 meses.
Como a alguno que otro le habrá pasado, entré en el mundo de los microcréditos de la mano de unos amigos que, como yo, no tenían muy buenos hábitos financieros. Antes de pedir el primer préstamo de mi vida, el poco dinero que me entraba me lo gastaba en caprichitos. No tenía gastos, no tenía responsabilidades.
La primera "deuda", si se le puede llamar así, fue con mi propio banco. Desconozco por qué, pero de un día para otro se me permitía hacer pagos en negativo, creando un descubierto cada vez más grande en mi cuenta. No sentía ningún tipo de presión, puesto que tenía muy controlados los tiempos: si pago antes de tal día, no me cobran comisiones de gastos de reclamación de posiciones deudoras.
Mi primer palo me llegó cuando, teniendo la cuenta en descubierto (unos 50 euros) se acercaba el último día para que no me cobraran intereses si pagaba. Yo me encontraba esperando la paga que me tenía asignada un familiar (que también era de 50 euros), así que era la primera vez que esperaba a que me entrase dinero simplemente para tener la cuenta en 0. Lo que me destrozó fue que el cobro de las comisiones se adelantó por varios minutos a la entrada de la transferencia de mi paga, por lo que podréis entender mi desesperación al ver que, por una diferencia de minutos, se me había generado una deuda de 49 euros de la que me iba a tener que hacer cargo hasta la próxima paga.
Al tiempo encontré un trabajo indefinido y, teniendo un contrato de trabajo lo que hice ese mes fue, ahora sí, pedir varios micropréstamos a lo largo del mes. Como sabrán, es bastante fácil conseguirlos. Tengo amigos que no han trabajado en su vida que se han conseguido abrir cuentas en entidades de micropréstamos y se los han concedido, muchos.
Yo pensaba: bueno, voy a cobrar tal cantidad a fin de mes, así que desde que cobre los pago y ya. El problema venía cuando llegaba el próximo mes y ya no tenías dinero, porque todo se iba en micropréstamos.
Aproveché que ya las entidades me financiaban para pedirme un móvil nuevo, una tablet, unas gafas VR... Gilipolleces, al fin y al cabo, pero como lo podía financiar pues ya sufriría en el futuro. Lo importante era "ser feliz" en el momento, y sentir ese chute de dopamina cuando escuchaba el pitido del contactless de la tarjeta con el datáfono.
Estuve casi un año entero viviendo de micropréstamos... Pidiendo un préstamo tras otro para poder aguantar el mes, y pagarlo al siguiente. Así sucesivamente. Era una mier***, pero iba saliendo adelante. Hasta que me independicé y ahí sentí el verdadero agobio.
Sentir que tienes la responsabilidad de pagar un alquiler, que es el techo que te cubre cada noche; la comida de la que vives, la luz que consumes, el Internet, el agua... Y, por si no fuera poco, la bola gigante en la que se habían convertido los préstamos.
Teniendo como referencia las historias que he leído aquí, no era una bola tan grande. Pero sí lo suficiente para quitarme no dejarme vivir tranquilo.
Empecé a buscar vías de refinanciación. Pedir un sólo préstamo grande, pagar los que debía y abonar el grande mensualmente. Pero ni una sola entidad seria me lo concedía. Recuerdo pasar horas y horas en mi trabajo (aunque ya no trabajo allí) delante del ordenador registrándome en páginas, mandando solicitudes... Y muchas veces desesperado, porque ya me había quedado sin dinero y necesitaba comprar algo ese mismo día.
Rendido, me di por vencido. Hasta que a principios de mayo, no sé cómo, pero leí sobre el tema de la usura. Investigué muchísimo, y di con este foro. Aquí encontré manuales, modelos de cartas... y, porque no, decidí intentarlo. Lo había intentado todo y no lo había conseguido. Estaba a punto de pedir ayuda a algún familiar, hasta que me topé con esta página increíble.
Casi 10 entidades eran en ese momento mis acreedoras, pero Vivus era mi principal. Le debía un total de 1.400 euros sólo a Vivus, creo. Luego estaban entidades como MyKredit, QueBueno, CreditoSi, Cashper, Welp (de cuota mensual), Dineo, Wandoo, Cetelem y Cofidis. Además, no le debía nada a mi banco pero me enteré de que se consideran abusivos los gastos de reclamación por posiciones deudoras así que también añadí mi banco a la lista de entidades a reclamar.
Accedé a mi área de cliente de todas esas entidades y a mi correo electrónico en busca de todos los contratos con dichas entidades. Me pasé horas buscando en mi cuenta de banco aquellas transferencias que fueran pertinentes a las reclamaciones para generar los debidos justificantes bancarios y añadirlos a la reclamación que fuera a hacer en su contra.
Dediqué una cantidad de tiempo enorme para organizarlo todo en carpetas en la nube, y le puse etiquetas y nombres a cada archivo para el día en el que empezase a redactar las reclamaciones y enviarlas. Me descargué los modelos de cartas que me parecieron mejores y creé una carpeta con ellos. Los leí y revisé que no hubiera ningún artículo o disposición legal derogada en ellas, y modifiqué las plantillas un poco (sobretodo alguna que encontré en una tipografía poco seria). Luego, saqué la calculadora y me puse manos a la obra.
Anoté en un documento a cuántas entidades les debía "legalmente" según la Ley de usura y según los cálculos entre pagos y dinero prestado, y lo mismo hice para aquellas entidades que me debían a mí, no yo a ellos, según el mismo criterio.
Empecé reclamando lo que creí que llevaría menos tiempo (al final fue lo que más, pero bueno). Fui a una sucursal de mi banco a reclamar los gastos de reclamación por posiciones deudoras. Me sellaron mi reclamación y se quedaron una copia.
Seguidamente, preparé reclamaciones para todas las entidades. Las imprimía, las firmaba a mano y luego las escaneaba en PDF. Luego les añadía, en ilovepdf, los justificantes bancarios y los contratos, que también firmaba en cada una de las páginas. Lo uní todo y lo envié por correo a cada una de las entidades, dándoles un plazo de 60 días para resolver mi reclamación.
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